Conicet: bajará a la mitad el ingreso de investigadores

Sumarán 450, igual que en 2016; intentan redistribuir a los 498 recomendados y no aceptados del último concurso

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Sin la presencia de Roberto Salvarezza, representante elegido por los investigadores hace más de ocho meses, la primera reunión del año del directorio del Conicet pasó en limpio los cambios institucionales que empiezan a regir oficialmente en la entidad.

Para este año, el organismo aprobó con un solo voto en disidencia (el de la doctora Dora Barrancos, representante por el área de Ciencias Sociales) 450 vacantes, alrededor de la mitad de lo que se ofrecía hasta 2015. El 50% se asignará a temas estratégicos y tecnologías, y el otro 50%, a las grandes áreas (ciencias básicas). Por lo menos el 30% del total de los cargos deberán distribuirse en zonas no centrales.

El ministro de Ciencia, Lino Barañao , dio a conocer estas precisiones durante una reunión de prensa, ayer al mediodía, en la que también estuvieron presentes el presidente del Conicet, Alejandro Ceccatto; el secretario de Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, ingeniero Jorge Aguado, y el subsecretario de Coordinación Administrativa, Rodolfo Blasco.

Durante el encuentro se aseguró que hasta el 31 de diciembre seguirá el «proceso de transición» para resolver la situación de los 498 becarios evaluados y recomendados que no fueron incorporados en 2016 por los recortes.

Según los funcionarios, ya comenzaron «las negociaciones políticas» con otros organismos del sistema científico que podrían incorporarlos, como el INTI, el INTA y el Instituto Nacional del Agua.

«A los que tienen becas que se vencen el 31 de marzo se les extenderán hasta el 31 de diciembre -dijo Aguado-. A quienes no pertenecen al programa de becas se les otorgarán becas extraordinarias. Son 107; de ellos, ya hablamos con 90, de los cuales 70 aceptaron y 23 las rechazaron. Por último, a los 19 becarios a los que no se les había comunicado que no habían sido recomendados por el directorio se decidió extenderles la beca por dos meses más para que puedan resolver dónde insertarse.»

Las organizaciones de becarios, que anteayer se manifestaron en el Polo Científico, no están de acuerdo con esta solución. «Por un lado, achicar la planta del Conicet es obstruir el avance de líneas de investigación ya en marcha -opina Lucila D’Urso, de Jóvenes Científicos Precarizados-. Por el otro, es inviable: los demás organismos del sistema no pueden absorber a los becarios. En las universidades nacionales, por ejemplo, se sabe que hay más trabajadores precarizados, en negro, que en la planta estable. Lo mismo pasa en otros ámbitos.»

Acerca de la nueva distribución de vacantes, Ana Franchi, directora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos y evaluadora de proyectos en la Agencia Nacional de Promoción Científica, está de acuerdo en que se estimule la aplicación del conocimiento para resolver problemas sociales. «De hecho, la ciencia básica desarrolló muchos recursos que luego se transfirieron -dice-. Pero en realidad lo que está pasando es que se está disimulando el recorte con argumentos «ciencia básica» vs. «ciencia aplicada» que ya no son relevantes. En los países donde se quiere estimular la transferencia, se premia, no se castiga. Acá se está castigando y lo que va a pasar es que se van a «maquillar» los temas de investigación para que entren en la categoría de «estratégicos».»

Según el ministro Barañao, éste es un momento de crisis y hay que aprovecharlo para introducir los cambios que ya se veían necesarios. «No es oportunismo -agregó Ceccatto-. Vengo proponiendo esto desde hace años. Y no hay achicamiento, porque se seguirá ofreciendo el mismo número de becas.»

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Se consolida el recorte en Conicet: 50% menos de vacantes y fuerte reducción para las ciencias básicas

Con un solo voto disidente, los directivos del organismo avalaron una convocatoria para 2018 con sólo 450 vacantes, la mitad que en 2015. Además, decidieron romper el equilibrio en los recursos asignados a las distintas ciencias: más para las tecnológicas, menos para las básicas.

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La primera reunión del año del directorio del Conicet se dio en un clima de conflicto, tanto adentro como afuera. Mientras en la calle jóvenes científicos protestaban por la reincorporación de los despedidos, dentro del edificio siete de los ocho directores convalidaban el recorte: 450 vacantes para la próxima convocatoria de investigadores –la mitad que en 2015- y un 50% de ellas concentradas en temas “estratégicos y tecnológicos”, en detrimento de las ciencias básicas.

Así, el llamado a concurso para ingresar a la Carrera de Investigación en 2018 –que se abrirá el primero de marzo- dispondrá de una cifra de vacantes similar a la de 2016. Esto implica un recorte del 50 por ciento con respecto al año 2015, el último que registró crecimiento sostenido de ingresantes. Pero tal no es el único cambio. En la nueva convocatoria la representación de las ciencias básicas sufrirá un drástico recorte: bajará del 80 al 50 por ciento. En contrapartida, los temas “estratégicos y de tecnología” subirán de un 20 a un 50 por ciento.

“Mi postura es completa, absoluta y abismalmente diferencial”, enfatizó la socióloga e historiadora Dora Barrancos, directora del Conicet en representación de las Ciencias Sociales y Humanas, cuyo voto fue el único disidente en la reunión de ayer. “Aceptar ahora, en febrero, un cupo de 450 vacantes quiere decir que el Directorio se va a abstener de cualquier compromiso, de cualquier batalla, con diputados o senadores, para el aumento del presupuestario”, advirtió, en diálogo con Política Argentina.

“La segunda cuestión, gravísima, tiene que ver con una mengua de participación estrepitosa de las ciencias básicas, que comprenden a las sociales y humanidades”, planteó. Según Barrancos, “las ciencias sociales en este momento tienen un 23 por ciento, y quedarían en un 15”. Aclaró, además, que la restricción no afecta sólo a las humanísticas sino también a disciplinas de las ciencias básicas no contempladas dentro de la grilla de “estratégicas”, como la biología molecular. “Si eso no es maniobra, si no es una operación deliberada, política, para limitar la expresión de las ciencias básicas y sociales, ¿cómo se puede llamar?”, se preguntó Barrancos.

La decisión del Directorio, con la única disidencia de Barrancos, se tomó mientras puertas afuera reflotaba la protesta contra el recorte implementado desde la cartera que conduce Lino Barañao. Incluso, hubo un «panquecazo» dedicado al ministro. A dos meses del masivo reclamo contra los ajustes y de la toma del Ministerio, los científicos volvieron a la calle ante la sede de Palermo del Polo Tecnológico para protestar contra 19 nuevos despidos y exigir el cumplimiento del acuerdo alcanzado en diciembre, que garantizaba la reincorporación de más de 500 trabajadores. A partir de lo acordado en el Directorio, el panorama para 2018 no será mejor.

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Víctor Algañaraz sobre jornada contra el recorte presupuestario: “Hay una clara política de desmantelar el CONICET”

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Hoy en Sin plumas en la lengua hablamos con Víctor Algañaraz, investigador en Ciencias Sociales y miembro del Colectivo en Defensa de la Educación y la Ciencia, sobre la jornada nacional de lucha y movilización, de la que San Juan también formó parte con una concentración en el Rectorado.

Las movilizaciones contra el recorte en ciencia, salud y educación y contra el despido de más de 500 trabajadores dieron inicio este año hoy, como fue consensuado en el segundo Plenario Nacional de trabajadores de Ciencia y Técnica.

“Es una continuación del reclamo que se desató en diciembre cuando se produjo la toma del Ministerio de Ciencia y Técnica en respaldo de los 500 despidos, habiendo pasado todas las pruebas. A eso se sumó los recortes en las becas doctorales y posdoctorales”, comentó Algañaraz. A lo que agrego que eso “puso a San Juan en una profunda crisis, al borde del desmantelamiento de laboratorios, de líneas de investigación”.

“San Juan formaba parte de zonas prioritarias porque el Plan Argentina Innovadora 2020 buscaba desarrollar capacidades de investigación en provincias donde no había desarrollo. Mar del Plata, La Plata y Buenos Aires concentran miles de investigadores, en San Juan no llegamos a 90”, señaló.

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Investigadores del CONICET: este año ingresaron sólo cinco en la provincia

Así lo manifestó la delegada sanjuanina de la Región Cuyo, Cindy Carrizo Muñoz. La mayoría de los becarios trabaja en las facultades de Ingeniería y Ciencias Exactas.

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Cindy Carrizo Muñoz es licenciada en Ciencias Políticas y la única delegada de la región Cuyo en representación de los sanjuaninos becarios del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). En diálogo con DiarioHuarpe.com, explicó el conflicto suscitado durante los últimos días por la intención del Gobierno de reducir los ingresos al instituto.

“En San Juan hemos formado el Colectivo en Defensa de la Educación y la Ciencia que está integrado por docentes, investigadores, becarios CONICET, becarios Universidad Nacional de San Juan y estudiantes. En conjunto, acordamos el rechazo al brutal recorte no solamente en ciencia y técnica, sino también a los presupuestos de las universidades nacionales, entre las que se incluye la UNSJ“, afirmó.

Según los datos del año 2015, en San Juan hay aproximadamente 200 becarios entre doctorales y posdoctorales repartidos en la Facultad de Ingeniería, la Facultad de Ciencias Exactas y, en menor cantidad, en la Facultad de Ciencias Sociales.

“Hay que decir que provincias como San Juan, que no tenían un desarrollo científico pujante y consolidado como otros distritos importantes de la Argentina, a partir de la política de federalización y de apertura que tuvo el CONICET en estos últimos 10 años sobre la base del programa Innovar 2020 y otros similares, lograron un incentivo y ampliación de la cantidad de becarios”, explicó Carrizo Muñoz.

Además, la provincia está considerada como Zona de Prioridad Geográfica, lo que significa que mantiene asegurado un ingreso para becas doctorales y posdoctorales por año del 3% sobre la cantidad a nivel nacional.

“Estamos haciendo ahora el relevamiento en San Juan”, apuntó la investigadora sanjuanina. “Este año han ingresado solamente 5 investigadores: uno en Ciencias Sociales y los otros están repartidos entre Ingeniería y Exactas, y el quinto entró por temas estratégicos, que es otra línea de investigación que tiene CONICET”, añadió.

En comparación con el año pasado, este número significa un recorte similar al que se sufrió a nivel nacional, ya que en 2015 ingresaron 15 investigadores en la provincia.

Para finalizar, Carrizo Muñoz destacó que salarialmente no habrá un ajuste, aunque “la situación de los becarios es precarizante porque estamos siete años en el CONICET y terminamos nuestra carrera como investigadores entre los 35 y 38 años de edad, y sin haber hecho nunca un aporte jubilatorio“.

“En el sistema estás formándote y tenés antecedentes en investigación a partir de publicaciones en revistas científicas, congresos, transferencias de conocimiento con charlas y muchos trabajan directamente con la comunidad. Pero no hay un reconocimiento en términos laborales”, manifestó la investigadora sanjuanina.

Asimismo, amplió: “en el Gobierno anterior empezamos a avanzar en algunas cuestiones como el logro de la obra social para los becarios que la paga el Ministerio de Ciencia y Técnica. Y a partir de eso armamos una mesa con delegados de todo el país. En esas instancias empezamos a pedir por aguinaldos y aportes jubilatorios, pero quedó trunco el proceso porque, si bien se mantuvo la misma estructura en el Ministerio, cambiaron los planes“.

Los estipendios que perciben los investigadores del CONICET están regulados según la zona donde se lleve a cabo el trabajo. Como San Juan es una zona prioritaria, tiene uno de los sueldos más altos a nivel nacional. Un becario doctoral está cobrando $19.000 y un posdoctoral está alrededor de los $24.000.

Resolución del conflicto

En el país, la administración macrista tenía la intención de implementar un recorte de ingresantes para el año que viene de aproximadamente el 60%, es decir que entrarían a un puesto de investigador sólo 385 de los 938 profesionales que se habían postulado.

Después de permanecer cinco días tomado el Polo Científico por parte de manifestantes, el último viernes el Gobierno ofreció prorrogar hasta diciembre de 2017 las becas de 343 postulantes a la Carrera de Investigador Científico y Técnico que fueron recomendados y no seleccionados para su ingreso.

La medida se complementó con el ofrecimiento de 107 becas extraordinarias por el mismo plazo de tiempo para postulantes que actualmente no pertenecen al programa de becas del CONICET. De esta manera, las partes en conflicto llegaron a una solución, al menos por un año, a la situación de más de 500 becarios afectados por el recorte.

Cómo ser científico del CONICET

Para llegar a ser científico del CONICET, una persona debe recorrer un trayecto de cinco a ocho años que incluye primero la beca doctoral, luego doctorarse en la carrera y por último postularse a una beca posdoctoral que dure dos años.

“A partir de haber cumplido todas esas condiciones, recién uno puede postularse a investigador asistente, que es el primer escalafón dentro de carreras de científicos en la Argentina. Uno postula y a partir de eso es considerado como un investigador del Estado“, explicó Cindy Carrizo Muñoz.

Comisiones de evaluación a nivel nacional, que están organizadas por área, disciplina y subdisciplinas, a partir de una extensa evaluación de antecedentes en investigación, edad (hasta 32 años una persona puede postular a una beca doctoral), promedio, director y lugar de trabajo, una persona ingresa como becario y tiene cinco años para realizar el doctorado.

Durante esos años estamos produciendo conocimiento porque trabajamos en tesis de investigación que vienen a aportar algo a la sociedad, ya sea desde las ciencias aplicadas hasta las ciencias exactas o las ciencias sociales”, concluyó.

Fuente: http://www.diariohuarpe.com/actualidad/locales/investigadores-del-conicet-este-ano-ingresaron-solo-cinco-en-la-provincia/

Científicos recibieron un premio en la Casa Rosada y presentaron sus quejas.

Investigadores galardonados con el Premio Houssay dejaron un escrito dirigido al presidente y al ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, por el recorte en el área.

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Científicos e investigadores reconocidos hoy con el Premio Houssay en Casa Rosada, dejaron una carta dirigida al presidente Mauricio Macri y al ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, contra el ajuste en el área.
«Queremos expresar nuestra preocupación y nuestro rechazo a los recortes en las partidas presupuestarias destinadas a los organismos…», sostiene el escrito. «Tal desfinanciamiento es contrario a los objetivos del Plan Argentina 2020 y a las promesas formuladas por la presente administración».

Investigadores y docentes tomaron el hall del Conicet por el recorte en Ciencia

El fuerte achique presupuestario que impulsó Cambiemos provocó una reducción del 60% de las vacantes para ingresar a la carrera de investigador.

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Trabajadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), gremios universitarios y centros de estudiantes tomaron el hall del edificio del ente autárquico dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva contra el recorte del 60% de las vacantes para ingresar a la carrera de investigador. Los principales apuntados por el recorte son el presidente Mauricio Macri y el titular de la cartera, Lino Barañao.
La agrupación Jóvenes Científicos Precarizados (JCP) encabezó la protesta con un corte en Godoy Cruz y Santa Fe, en el barrio de Palermo. «Reclamamos contra una medida que implica el despido de 400 compañeros que han sido recomendados por el propio organismo e hicieron todo lo que tenían que hacer para poder ingresar a la planta y no se los designa por una cuestión presupuestaria que se aprobó en el Congreso con el apoyo del macrismo y otros bloques», dijo a Télam la investigadora Gloria Massey.
La joven becaria, a punto de doctorarse en el INTA Castelar en terapia de anticuerpos de rotavirus contra la diarrea infantil, precisó que «el año pasado ingresaron más de 900 mientras que este año están planteando 385 más algunos del exterior».
 
«El recorte es del 60 por ciento respecto del año anterior y el Ministro (de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao) salió a decir que era una exageración, como si no se hubiera tratado de su propia gestión», dijo Massey en la protesta, de la que participan la Conadu Histórica y la Asociación Gremial Docente de la UBA.
Barañao explicó días atrás que la decisión gubernamental de reducir las vacantes de 937 a 385 apunta a alcanzar una «situación de equilibrio» para que «todos los años siga habiendo investigadores».
La JCP es una organización nacida en 2005 que reúne a Investigadores en Formación de diversos organismos científicos y tecnológicos de la Argentina, en su gran mayoría becarios doctorales y posdoctorales, según su propia página web.

CONICET: menos fondos para becarios, patentes e investigación

Se desprende del presupuesto del gobierno votado por el Congreso. En formación de becarios la quita será del 25%. Por Gustavo Sarmiento

Los recortes en el Conicet se siguen profundizando. De cara al 2017, no abarcarán sólo la reducción del 60% en los ingresos a la carrera de investigador: según el presupuesto enviado por el gobierno nacional y recientemente aprobado en el Congreso, también habrá ajustes en formación de becarios, patentes y el financiamiento de proyectos de investigación.

A la noticia de que el próximo año ingresarán 385 nuevos investigadores al organismo, menos de la mitad de los que entraron en el concurso anterior, se agregan otros números que dan cuenta de una política sistemática centrada en la reducción de fondos para la Ciencia: para el desarrollo de este año, la gestión anterior presupuestó 250 patentes, la formación de 3500 becarios, y el financiamiento de 2230 proyectos de investigación y desarrollo nacionales. En cambio, para 2017 el gobierno de Cambiemos presupuestó 147 patentes, la formación de 2630 becarios, y la financiación de 2100 proyectos de investigación. En el caso de formación de becarios, por ejemplo, el recorte será del 24,8%.

«La disminución del presupuesto afectará inevitablemente los subsidios necesarios para el normal desarrollo de las investigaciones en curso”, enfatiza Lucía Maffey, becaria doctoral del Conicet, y representante de la agrupación Jóvenes Científicos Precarizados (JCP). Continúa: “Luego de una devaluación de la moneda y una inflación que supera el 40% anual, los montos de los subsidios se encuentran completamente desactualizados. Sobre todo si se tiene en cuenta que la mayor parte de los insumos para ciencias exactas y naturales tienen precios en dólares. A esta situación se suma que los subsidios del Conicet para el funcionamiento de los grupos de investigación se encuentran impagos desde el año 2013”.

El principal signo de alerta entre los científicos surgió la semana pasada, cuando desde la Facultad de Exactas revelaron que el Conicet había aprobado el ingreso de 385 investigadores a la Carrera de Investigador (CIC) que, sumado a técnicos, llegarán a 450. Bastante menos a los 943 pautados para este año. Será la cifra más baja de ingresantes de la última década. Con esto, el Conicet volverá a los niveles anteriores al 2004. La socióloga Dora Barrancos, integrante del directorio del Conicet, apuntó que esta reducción se enmarcaba dentro del recorte del 30% para el presupuesto de Ciencia, y va en detrimento del Plan Argentina Innovadora 2020 que lanzó el Ministerio de Ciencia y Tecnología en 2013, bajo el gobierno del FpV, que establecía la meta de sumar 5 mil científicos en siete años y llegar a 15 mil en 2020, a un ritmo del 10% anual. Lino Barañao era el ministro en ese momento, y lo sigue siendo con Cambiemos. Sin embargo, su postura ahora se centra en defender el recorte. Días atrás consideró que la incorporación de más de 900 científicos fue sin respaldo presupuestario, y abogó por la especialización y las carreras con anclaje tecnológico: «Las carreras científicas tecnológicas y las empresas tecnológicas son las que van a dar el trabajo en el futuro. Sobre la base de eso formulamos las políticas actuales. Y para eso confiamos en el respaldo presupuestario». Lo curioso es que incluso el presupuesto destinado a patentes será recortado.

El presidente del Conicet, Alejandro Ceccatto, dijo que el número de ingresos pautados por la gestión de Cristina Fernández de Kirchner “no era normal, era muy alto” y sostuvo que «con ningún criterio se tomó la decisión de que, como era el último año de una gestión, ingresaría la mayor cantidad posible de gente, independientemente del presupuesto». En declaraciones con Tiempo, el ex director del Conicet, Roberto Salvarezza, desmintió que los más de 900 nuevos investigadores no hubiesen estado presupuestados. De hecho la propia web oficial del Ministerio de Economía da cuenta de que para 2016 estaban oficializados esos ingresos, con el presupuesto correspondiente asignado. Para el 2017, en cambio, el presupuesto no explicita cuántos nuevos investigadores van a entrar al organismo, sino que el propio Directorio lo decidió días atrás. Salvarezza también alertó por otro recorte en Ciencia: por una flamante resolución, los investigadores ya no podrán contar con un subsidio del Conicet y otro del Ministerio de Ciencia (a través de la Agencia de Promoción Científica), como era antes. Ahora sólo podrán tener uno de los dos: “En la gran mayoría de los casos se pierde el 50% del financiamiento. Muchísimos laboratorios se mantenían gracias a los dos subsidios. Con todas estas medidas expulsan al científico a irse a otros ámbitos, como el privado”.

Este miércoles a partir de las 11, los investigadores y becarios realizarán un corte de calle y jornada de protesta en el Polo Científico  (Godoy Cruz 2320), en el barrio de Palermo, convocada por la organización JCP, “para reclamar contra los despidos en el sector y exigiendo que se revierta el recorte a los ingresos y el ajuste en el presupuesto de ciencia y técnica». Los investigadores también denuncian no sólo el recorte de ingresos para el año que viene, sino que incluso hay más de 200 que ya tienen aprobados sus ingresos desde el año pasado, y que son retenidos por el Ministerio de Modernización con múltiples requisitos burocráticos. En algunos casos reclaman aptas médicos que ya tenían realizados, o que vuelvan a hacer firmar su diploma de doctorado en la universidad donde lo cursaron, casi siempre del extranjero, algo que les demanda tiempo y dinero del bolsillo del científico, que necesita viajar para cumplirlo. Maffey acota: “Frente a estas perspectivas, es de esperar que muchos científicos, que durante siete años trabajaron en forma precaria dentro del Conicet, deban emigrar al exterior para poder continuar desarrollando sus tareas”.

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Reflexiones

Por Esteban Zunino

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«Ningún país con 30% de pobres invierte en investigadores», dijo el Ministro de Ciencia y Tecnología. No somos necesarios. Hay otras prioridades. Ese parece ser el discurso elegido para que, a partir de una flagrante falacia, parezca razonable reducir el 60% los ingresos al CONICET.

Y el Ministro (que se queja de la pesada herencia de sí mismo) tiene razón. No somos necesarios en un país que decidió dejar de hacer vacunas y medicamentos para favorecer a los laboratorios extranjeros. No hacemos falta, pues no se requieren informes ambientales, en un país que decidió darle vía libre a las mineras para que extraigan y se lleven hasta la tierra sin pagar impuestos (como lo venían haciendo, nobleza obliga, pero un poco peor). No somos necesarios en un país que reprimariza la economía apostando solo al agro y compra la tecnología de Bayer, Nidera y Monsanto.

No solo no somos necesarios, sino que molestamos. Molestan los informes científicos sobre el agua de la región pampeana, que evidencia en sus ríos y embalses niveles mortales de glifosato. Sobramos, en un modelo de país que abrió los cielos para que vengan los satélites extranjeros. Ya no hacen falta los de producción local. Somos irrelevantes en un país que decidió evaluar la calidad educativa con grillas importadas. ¿Para qué harían falta ingenieros, pedagogos y programadores, si ya no se entregan computadoras, ni se diseñan softwares, ni programas pedagógicos para los pibes de las escuelas públicas?

Somos inútiles en un país que sostiene que la violencia de género es un asunto privado. ¿Para qué harían falta trabajadores sociales, psicólogos, antropólogos, sociólogos y médicos para entender e influir sobre esa problemática? No servimos en un país que se propone combatir la pobreza con timba financiera. No hacemos falta pensando causales estructurales y orientando políticas públicas. Somos inútiles en un país que decide enfrentar el delito con militarización. No hace falta pensar más.

En ese país, no hacemos falta los científicos, los profesores, los docentes, las universidades, las escuelas. En otros países, como los que se suelen admirar a la hora de medirnos con el «primer mundo», la ciencia es concebida como una puerta de salida para las situaciones de pobreza. No acá. Aquí y ahora, sobramos. Porque, ciertamente, somos inútiles en un país que decidió volver a no pensarse a sí mismo.

Recorte presupuestario en Ciencia y Técnica, un experimento peligroso

Dr. Ricardo Ojeda – Investigador CONCIET

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La investigación científica hace uso de distintas herramientas al iniciar un experimento, entre ellas la elaboración de hipótesis (las relaciones de lo que queremos probar o testear) y las predicciones, o expectativas de los resultados posibles de tal experimento.

Sirva esta introducción para contextualizar el experimento que el Gobierno está iniciando con el recorte en el presupuesto de Ciencia y Técnica (para restringirlo al sector que me ocupa en esta nota).

La hipótesis planteada es que la reducción presupuestaria -que es histórica desde la creación del Ministerio de Ciencia y Técnica- va a conducir a un debilitamiento de la actividad científica y tecnológica en el país.

A continuación nos preguntamos cómo se expresaría esto, y lo hacemos a través de un cuerpo de predicciones asociado a la hipótesis planteada arriba. Entre éstas:

1) Disminuirá el ingreso de investigadores, becarios y técnicos, lo que provocará una desaceleración en el crecimiento experimentado por organismos como el Conicet  en los últimos 10-12 años.

2) Se desacelerará el movimiento ascendente dentro de las categorías de la pirámide científica. Esto es, disminuirá la “tasa de promociones”, lo que conducirá a un “envejecimiento” en la planta de investigadores que, asociado al menor número de ingresos en las primeras categorías (ej. investigadores asistentes), resultará en un estrechamiento de la base de la pirámide y consecuentemente una marcada inestabilidad, debilitamiento y pérdida de la capacidad del sistema científico y tecnológico.

3) Se reducirá la financiación del núcleo que dinamiza toda la actividad científica: los proyectos de investigación y equipamiento. Sin proyectos de investigación no hay producción científica que es la base del sistema y en consecuencia decrecerá la demanda de investigadores, becarios y técnicos para distintas líneas de investigación, desde producción de vacunas a investigaciones sobre cáncer, sida, chagas, cambio climático, física nuclear, ingeniería, química, tecnología satelital, nanotecnología, biodiversidad, ambiente, historia de las ideas, sociología, dinámica de glaciares, ecología de bosques, etcétera, entre las múltiples investigaciones que se desarrollan en el país.

4) Lo anterior lleva, por default, a la inactividad de servicios varios y deterioro de infraestructura edilicia de institutos, equipamiento de laboratorios, planta de vehículos, sistema de bioterios, bases de datos biológicos, biblioteca electrónica, entre otros. Es decir servicios e infraestructura física que apoya a la infraestructura académica (es decir, a la comunidad científica de investigadores, becarios y técnicos).

5) Se detiene (o desacelera) el plan institucional de repatriación de investigadores residentes en el exterior, y la dinámica se revierte hacia proyectos personales de emigración, es decir, se abriría la puerta hacia una “nueva fuga de cerebros”.

6) Se reducen los programas bilaterales de investigación con laboratorios y equipos de investigación de distintas partes del mundo.

7) Gradual reorientación de las líneas de investigación, donde la curiosidad y motivación de los investigadores comienza a ceder terreno a investigaciones con mayor integración a empresas y mercado, y que como resultado, entre otros, beneficie económicamente a investigadores e institutos. Si bien esto ya sucede, y es un tema para discutir con más detalle, podría incrementarse como resultado de una reducción de los subsidios para investigación y la marcada pérdida del poder adquisitivo del salario.

Seguramente tenemos más predicciones para hacer pero digamos, para concluir, que se trata de un experimento peligroso que con distintas modalidades fue instrumentado en distintas etapas de nuestra historia y que, al igual que otras veces, de cumplirse las predicciones significará un fuerte retroceso en la educación pública, dimensión científico-tecnológica y consecuente debilitamiento de nuestra soberanía.

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